Hace un par de años nos visitó un cliente un poco desanimado, ya que venía de retirar su vehículo del taller mecánico y del taller de planchado, este había quedado completamente sucio por fuera y por dentro y además con manchas de grasa en el techo, alfombras y asientos, algo que normalmente es común después de sacar el vehículo de algún taller.
En fin, la intención de este cliente era lavarlo lo mejor que se pueda para poder venderlo, ya que además del accidente que tuvo y posteriormente el estado en que miraba el salón de su vehículo (que lo había acompañado por mucho tiempo y que además había heredado de su padre) lo desanimaba y deprima.
Nos dijo que por favor quede lo mejor posible, que limpiemos las manchas en la alfombra, techo, asientos y que hagamos algo con los rayones en las puertas y capote. A simple vista ese auto no solo estaba sucio, sino que también tenia un aspecto triste, se miraba viejo, como si llegara del desierto. Acordamos el precio y le dijimos que vuelva al día siguiente para que recoja su vehículo y se fue con el mismo animo con el que llego.
Ese día nos encargamos de todo lo indicado, lavamos el chasis le aplicamos un ducha grafitada, lavamos el motor a fondo, logramos desaparecer las manchas del techo, alfombra y tapiz de los asientos, limpiamos a detalle los plásticos del salón, pulimos los faros, le dimos tratamiento a la pintura y lo enceramos.
Al día siguiente el carro estaba listo estacionado en la frentera de nuestro local, y a las 10:00 AM. llego nuestro cliente preguntando por su carro, le dijimos que ya estaba listo y que fue interesante trabajar en el, él escucho, nos devolvió una sonrisa por compromiso y volvió a preguntar por su auto, le dijimos que estaba al frente, lo gracioso de esto era que pensaba que estábamos bromeando con el, ya que no lograba reconocerlo, él volvió a preguntar ya con un tono serio, y nuestra respuesta fue la misma, el se acerco a la calle y recién pudo reconocer su auto, que ayudado por los rayos del sol, brillaba. Nuestro cliente se acerco a su carro que en verdad había quedado como nuevo, lo abrió y miro el salón y sin decir una palabra cogió su celular y a quien le contesto le dijo que lo disculpe que no podía venderle su carro, que lamentaba el tiempo perdido. Al parecer ya tenia un comprador.
No quiso pagarnos lo acordado, decía que era muy poco, porque el nos dejo un carro viejo y le devolvimos un carro nuevo, y no solo un carro nuevo sino también el animo aquel día, agradecido se retiro del local. Ahora el tiene una cita en Exclusive cada quince días y no solo es nuestro cliente sino también se convirtió en nuestro amigo, a quien le agradecemos su confianza y su fidelidad.
Una de muchas anécdotas que nos alegra compartirles y que nos motivan a seguir trabajando honesta y esforzadamente.
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